Disclaimer

El plagio de lo aquí escrito está prohibido expresamente por respeto a las autoras.

Los hechos, personajes y situaciones que se presentan en esta historia son producto de la imaginación de sus autoras, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


''STEREOSEXUAL''


Disfruten.

Thursday, July 9, 2009

I - Conociendome mejor

Crecí en un colegio cristiano justo en el corazón de Rovaniemi, Finlandia. Bajo el estricto poder del Director de aquella institución, crecí sin razón alguna para explicar mi estado mental actual.

El Director era un hombre cuarenta-y-tantos, con varias canas en su pelo y vello que sobre salía de su pecho. Nunca me había fijado en el, no hasta después del asunto ''Ville''.

Me metía en pequeños grandes problemas y terminaba en su oficina. Siempre usaba la misma colonia, y al hablar, humedecía su labio inferior con su lengua. Mientras yo permanecía sentada en la silla frente a el, con mis manos quietas en mis muslos y el rostro mas inmaculado.

- Eleonora, ultimamente, te haz metido en varios problemas.- sus ojos cayeron en mi escote pronunciado y tardó en recobrar su postura.

Con cierta maña, me incline a el, de manera en que se viera aún mas el escote.

- Señor Director, usted sabe que no merezco castigo, no fue mi culpa.- mi voz era seductora y mis ojos eran terriblemente insinuantes.

- No, no lo es.- Me miro a los ojos, aún con la tentación de mirar mas allá de mi escote. Y en un abrir y cerrar de ojos, desabotonó mi blusa.

Lo que sucedió después, no tiene relevancia. El punto es que, no recibí ningún castigo y mis padres nunca se enteraron. Mi familia era bastante conservadora y puritana.. e incrédula.

Siempre al llegar de casa, saludaba con una gran sonrisa y subía las escalera en dirección a mi habitación. Desde chica aprendí a mantener el stéreo en cierto volumen bajo. Mientras escuchaba a The Rolling Stones, mi madre gritaba que el volumen era tan alto, que el techo se derrumbaría justo arriba de ella. Dejaba aún lado sus paranoias, y seguía con el papel de ama de casa perfecta.

Lo que ella no sabía, era que mi padre la engañaba con una cualquiera. Los había visto juntos mientras ''casualmente'' caminaba por los barrios rojos del pueblo.

Me asomé a mi ventana, y seguí con la vieja rutina de observar por la ventana. Siempre a la misma hora, llegaba y se quitaba la ropa para volver a vestirse con otro conjunto y lavar el auto.

Este era mi mayor secreto, ni Ville ni mis amigas lo sabían.

Mi vecina era hermosa. Cabello rubio acomodado en dos trenzas, ojos grises, y pecas amistosas.
Ella no me conocía, por lo cual, era su vecina desconocida. La vecina que todos odiarían tener.

Y justo llegó el dichoso novio de la chica. Llena de celos, cerré las cortinas.

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