Disclaimer

El plagio de lo aquí escrito está prohibido expresamente por respeto a las autoras.

Los hechos, personajes y situaciones que se presentan en esta historia son producto de la imaginación de sus autoras, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


''STEREOSEXUAL''


Disfruten.

Thursday, July 16, 2009

VI - Increíble

¿Que eres qué?.- Mi padre me miraba con tal furia en sus ojos que pensé que me mataría en ese mismo instante.
-Eleonora cariño dime que no es verdad... DÍMELO.- Mi madre lloraba desconsoladamente con las mano en la cara.

Mi corazón comenzó a palpitar a gran velocidad. ¿Debería mentirle a mi madre una vez más, solo para ahorrarle el dolor, ó hacerle saber que esto iba en serio?

Mi padre todavía aferraba sus manos al volante, y sin previo aviso una de sus manos aterrizó en el rostro de mi madre con una sonora cachetada.

-Esto es tu culpa.. Tu y tu poca educación.- escuche la voz ronca y potente de mi padre con enojo en ella. Cerré mis ojos, cristalinos y azules, evitando ser testigo de la mano dura de mi padre contra la fragilidad de mi madre.

- ¿Mi culpa dices? ¿Poca educación? ¿Soy yo la que me revuelco con prostitutas en bares de mala muerte?!No eres más que un pobre desgraciado, Hijo de tu maldita madre!-

Me sorprendí a escuchar a mi madre tan dispuesta a discutirle una última vez. La pelea cesó y mi padre siguió conduciendo hasta llegar a casa. Todo esto, en silencio.

Subí a mi habitación y me quite aquél espantoso uniforme que me recordaba a Álvaro.
Maldito Álvaro, malditos hombres, todos son iguales. Pensaba en las distintas formas de acabar con mi propia verguenza, cuando el auto de mi padre dobló la esquina.
Mi mirada se enfocó en el horizonte, mientras mi mente viajaba por los hechos de la tarde.

-¿Se puede? - La voz de Ville me despertó a la realidad.

-Si ya estas adentro, para que preguntas, ¿que haces aquí?- Me dirigí a mi cama y me tire en ella. Sentía tanta verguenza, que ni podía escucharlo ni mirarlo sin entrar en pánico. Solo pensaba en el resto del colegio, y las habladurías sobre mi.

-Solo... Eleonora vamos ¿ somos amigos no? ¿Porque lo haces?- pareciera que Ville estuviera ahogandose mientras hablaba. Voltee lentamente y le vi. Sentí un gran nudo en mi garganta, y el más terrible deseo de vomitar.

-¿Hacer que?.- tenía miedo.
-No te andes con rodeos conmigo, bien sabes que puedes decirme todo..!OH¡ Vamos Eleonora! ¿Como pudiste acostarte con ese viejo?.-

esto me cayó de sorpresa. Mis ojos se abrieron con tal, que me quede inmóvil por unos momentos.- Tu.. ¿Tu como lo sabes?-

¿Me he convertido en un chisme? El remordimiento me golpeó de la nada. No sabía que contestarle a Ville, pues, ni yo entendía como llegué a interesarme por Álvaro. Puede que nunca me sentí completa estando con Ville, ó...

-No te conozco hace dos años, reconocería tu voz donde fuera y obviamente los gemidos que escuche por el megáfono eran tuyos.-

-¿Se puede saber a que viene todo esto? Hace un año que no me diriges palabra correctamente
Y justo ahora lo haces ¿Por que?.- El idiota me estaba haciendo enfurecer, no era mas que otro que se quería inmiscuir en mi vida

- Porque me importas, siempre lo has hecho, el que no lo demuestre no significa que no lo haga.-
Me rodeó con su brazos, y besó mi cuello.

-Ville- suspire- lo que se siente se demuestra con hechos no con palabras.- lo empujé.

- ¡Pues lo lamento tanto! Mi manera de expresar las cosas es diferente a la tuya.-

- Ville.- repetí - No estoy dispuesta a escucharte. Vete si no tienes nada bueno que decir.-

Ville frunció sus labios y me besó inesperadamente.

- Si me llego a enterar de que te has acostado con otro que no sea yo, juro que le mato a el primero y luego a ti, eres mía Eleonora me perteneces.-

Le golpee fuertemente. - Nadie me amenaza, menos tu. ¡Vete de aquí! No se como mi madre te dejó entrar.-

Ville salió a toda marcha de mi habitación y con ganas de tirar cualquier objeto sobre el, me senté de nuevo a orillas de mi ventana. La vi nuevamente, Kaarina, me sonrió y agitó su mano en un saludo. Pero en mí, no quedaban más sonrisas que regalar.

Sin el más mínimo pudor, ella se desvistió, y pude apreciar su perfecto cuerpo de Venus;
Sus pezones erectos, y la redondez de los mismos.
Me sonroje sin quererlo, cuando escuche el llamado de mi frustrada madre Ember.

- Eleonora. ¿Vienes a comer?.-

-No.-

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